jueves, agosto 13, 2009

¿Qué clase de seres humanos viven en las grandes ciudades tales como México?

Gracias a los cortes de agua en la ciudad de México y área Metropolitana, y a que en mi casa no hay tinaco, me he tenido que bañar en varias ocasiones con el agua que tengo almacenada en la pileta de mi lavadero (¡los lavaderos son la onda latina!). Triste es llegar a la casa bañada en sudor (después de una muy buena clase de zumba), abrir la llave de la regadera y no encontrar gota de agua (más cuando tampoco hay agua almacenada en la pileta), sin embargo esos pocos días han sido un recordatorio de que el agua no proviene de las tuberías, ni de las presas, más bien me recuerdan que el agua nace en las montañas, en los ríos, en el subsuelo. ¿Cuántos mexicanos recordamos esto?.

Pienso que el suministro de agua se debe cortar (desde ahora y por el resto de la existencia de la humanidad) un día a la semana en toda la ciudad (por supuesto en días diferentes dependiendo la zona (e.g. el lunes le tocaría a Tlalnepantla, el martes a la Gustavo A. Madero, el miércoles a la Miguel Hidalgo, etc.)), así un día antes del día del corte de tu zona tendrías que hacer tus reservas. Por lo menos un día ahorrarías agua bañándote con la mínima agua posible, talvez así nos haríamos conscientes que no necesitamos la regadera abierta mientras nos enjabonamos y que mucho menos necesitamos agua cristalina en nuestros excusados.

El tema del agua es sólo “la punta del iceberg” de la gran crítica que esta noche tengo en contra del ciudadano del DF y como dudo que les interese toda esa bola de reclamos sólo expondré un par de temas más.

Hoy me enteré que el gran pino que vive sobre la acera de mis vecinos (a dos casas de la mía) está a punto de ser asesinado por éstos, desconozco los argumentos “científicos y tecnológicos” que tienen para querer ejecutarlo (sólo se que están juntando firmas para pedir permiso a las autoridades para derribarlo); pero me parece de lo más aberrante ya que desde mi punto de vista no estorba a nadie, excepto por la banqueta que está “un poco levantada”. Me ha dolido voltear esta noche y ver sus verdes ramas entre la lluvia y pensar que pronto no estará.

Hace unas semanas leí los primeros párrafos de la introducción de un libro que conocí en un lugar “fresilla” (en la condechi weee!) para beber té, creo que algunas de las líneas de esos párrafos expresan mejor todo lo que yo podría reclamar aquí y he reclamado acá. Les dejo el primer párrafo de dicho libro.

<<Áreas silvestres es, para todos nosotros, un recordatorio único y aleccionador de nuestro verdadero lugar en la naturaleza. La población humana contemporánea, que asciende a seis mil millones de personas, representa tan sólo una especie entre, quizá, cien millones. En mi vida cotidiana, al igual que una proporción cada vez mayor de esos miles de millones de personas, me hallo envuelto por la sociedad humana moderna (oficinas, autopistas, plazas comerciales, automóviles, correo electrónico, etc.) Nos es preocupante lo difícil de comprender que compartimos este planeta con una variedad inmensa de especies silvestres. Únicamente en las regiones del mundo que aún se conservan en condiciones relativamente naturales (áreas silvestres) podemos comprender la verdadera magnitud de la biodiversidad.[1] >>


Pd1. ¡¡Aaaahhh el lago!!

Pd2. Gracias Gi por apiadarte de mí y presentarme un lugar donde beber té chai.



[1]. Áreas silvestres (Las últimas regiones vírgenes del mundo)

1 comentario:

  1. Me parece que el problema del agua no es un corte o cualquier otro control. El gran problema que tenemos como México es que nuestra cultura ya no dá para más. Aunque cortaran el agua toda la semana, puedo asegurar que en vez de aprender a cuidarla, nos acabaríamos matando.

    Creo que la única forma de hacer algo en todos los sentidos es aprender a educar y educar a nuestros descendientes, a quienes podemos realmente influir para un cambio de cultura.

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