Es de noche, pero la luna sólo se muestra para la marea. El sonido de las olas chocando en las rocas es aún más fuerte debido al viento de la tormenta. Las gotas de lluvia son tibias. Cierro los ojos, es demasiada el agua resbalando por mi rostro - ¡que buena onda que no traigo tanta ropa encima! -.
Bailamos, brincamos, corremos, escapamos - ¡¡Noel, vayamos hacia allá donde se ven las luces de colores!! -.
El techo de palma de un barecín nos protege del exceso de agua, como música de fondo se escucha reggae, las sillas y las mesas tienen flores de colores - pero que lugar tan perfecto a la orilla de la playa, ¿cuál es esa canción ?, wooow!, es Jerusalem!!!, es Jerusalem, esto es una señal aquí debemos quedarnos-
Así sucedió, en Zipolite, la última noche de mi viaje por la costera del Pacífico. Qué fabulosa forma de romper con el estrés, que gran oportunidad de conocer un rinconcito de mi país y de su gente. Sobre todo conocer de la fortaleza de la gente.
La aventura comenzó en Matías Romero, pequeña ciudad de Oaxaca que con su estación de tren y locomotora encierra un aire de nostalgia recordándonos el México que ya no es.
¡Aaaa, cómo me gustan las estaciones de Tren!
Locomotora.
Lamentablemente estos vagones no llegarán más con pasajeros, información, alimentos, etc.
La siguiente parada fue la Laguna de Chacahua, parque nacional que tiene aproximadamente 2500 km de manglar.
Eugenio y Carlos
Mangle Saladillo
Mangle Rojo
Águila Pescadora
Este lugar me impresionó por su riqueza (animales, plantas, flores, árboles, comida (comida por doquier, Chacahua ejemplifica perfectamente lo que tanto se dice acerca de que México es un país tan rico con gente tan pobre). Pero sobre todo me impresionó la fortaleza de un niño que con tan sólo once años te cuenta que su hermano fue asesinado a manos de su padre al tratar de evitar que éste último matara a su madre.
Después fuimos a Puerto Escondido. Está bonito, pero no es nada fuera del otro mundo, turistas por doquier, mar, sol, arena, antrillos, surfers.
Mirador de Pto. Escondido
Lagartija Fluorescente (en realidad quien sabe si sea lagartija)
Tortuga Prietilla
Tortuga Marina
Tortugas Japonesas
Playa "El Rinconcito"
"Surfers" de Zipolite
Locomotora.
Lamentablemente estos vagones no llegarán más con pasajeros, información, alimentos, etc.
La siguiente parada fue la Laguna de Chacahua, parque nacional que tiene aproximadamente 2500 km de manglar.
Gracias a nuestros guías Eugenio y Carlos (véase la sig. imagen) conocimos como identificar los cuatro tipos de mangle, las "blumerías", el árbol del copal, las águilas pescadoras, los millones de mejillones que “crecen” en las raíces de los mangles, bueno tantas cosas, ellos pertenecen a una cooperativa eco-turística que se encarga entre otras cosas a limpiar y reforestar el lugar.
Eugenio y Carlos
Mangle Saladillo
Mangle Rojo
Águila Pescadora
Este lugar me impresionó por su riqueza (animales, plantas, flores, árboles, comida (comida por doquier, Chacahua ejemplifica perfectamente lo que tanto se dice acerca de que México es un país tan rico con gente tan pobre). Pero sobre todo me impresionó la fortaleza de un niño que con tan sólo once años te cuenta que su hermano fue asesinado a manos de su padre al tratar de evitar que éste último matara a su madre.
Después fuimos a Puerto Escondido. Está bonito, pero no es nada fuera del otro mundo, turistas por doquier, mar, sol, arena, antrillos, surfers.
Mirador de Pto. Escondido
Lo bueno sucedió cuando llegamos a Mazunte y conocimos ese pueblito con sus tortugas, sus playas, sus cosméticos naturales, etc. Un lugar para relajarse totalmente, para conocer las lagartijas de verdes encendidos, para organizar un “dia de playa” a las orillas del mar, para caminar entre las olas, para nadar, para “surfear”, y seguirte derecho y conocer todas las playitas, como el “rinconcito” y el ya muy bien conocido “Zipolite”.
Lagartija Fluorescente (en realidad quien sabe si sea lagartija)
Tortuga Prietilla
Tortuga Marina
Tortugas Japonesas
Playa "El Rinconcito"
"Surfers" de Zipolite
Finalmente visitamos Huatulco, lugar que deja ver muy bien la diferencia de clases sociales en México, muy bonito, muy fresa, lleno de turistas, con un aeropuerto pequeño y muy cómodo que hace de todos estos lugares una forma accesible de alcanzarlos.
PD. Ciertamente en los lugares mas pobres se reafirma que el sufrimiento es opcional. Sobre todo cuando éste es provocado por cosas como: ¿me quiso?, ¡no me quiso lo suficiente!, ¿por qué mis padres se divorciaron?, ¿por qué no soy talla dos?, ¿por qué estoy tan sola?. Nada de estas cosas importan cuando sales un poco de tu “mundo” y volteas a tu alrededor.
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